Animales seniles
XII
Cuánta belleza carga Susana
es difícil decidir de sus reflejos el más bello
Un hueco, la cavidad de la voz
el arco del pie
la luna del dedo
Su piel es espuma de nata
su vello, una sombra al carboncillo
Regreso para besarla
Camina con la canasta seca de las frutas
que sostiene el teclado de sus dedos
y un teñido vestido
con la fresca tinta de las frambuesas
vaporoso la envuelve
Bella es Susana
le lagrimean los cabellos
Pero se traga el viento las hojas
y caen muy delgadas las aguas
El fruto es la unidad de lo finito
y los pájaros de tan maduros revientan
Se guarda Susana
y tiene miedo
presiente rostros oscuros y añejados
como aceitunas negras
se abriga de soledad
en el recipiente de su casa
escucha resuellos, murmuraciones
el sonido es el golpe de la violencia de las cosas
Grita, insulta
pero la palabra sólo rasguña
Siente que un mar sucio, espeso
la rodea, la aprieta
lame las lunas de sus uñas
le pasa el dedo por la planta del pie
la manosea
con numerosas manos la unta
con la tintura de un sexo
que se vuelve una bestia
de ojos cuajados
Un racimo de testículos
la aporrea, le rellena la boca
Ella, se calla (enmudece)
(No hay nada más frío que las claras yemas de una novia)
Susana es un arroyuelo de cabello
Los ancianos le miran
y son verrugas hinchadas de malicia
Para besarla ya no regreso
Susana se deshace
y desaparece
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Abierto a las opiniones.