domingo, 7 de octubre de 2012

Sobre "Crítica para todos. El chisme revolucionario", de Roberto Absenti



Crítica para todos. El chisme revolucionario, de Roberto Absenti. 
Sikore Ediciones, 2012, primera edición, México. 

Este primer libro de Roberto Absenti es una rica selección de sus columnas más reflexivas, críticas e irreverentes sobre el medio literario -principalmente el de los poetas-, donde expone sin miramientos, vicios y defectos de los personajes que le dan forma a nuestro contexto poético, tanto de la torre (los de arriba) como de la cloaca (los de abajo). Roberto Absenti, a igual que Heriberto Yépez, logra una crítica cruda, pero más aún: despotrica contra todos, porque nadie a sus ojos está exento del error, que es, a fin de cuentas, el que nos da contorno. La crítica "revolucionaria" de Absenti es para la poesía, lo que la de Avelina Lésper es para las artes gráficas. Sin temor a equivocarnos podemos ver este tomo, en mucha medida, equiparable al Caníbal de Julián Herbert, aunque Roberto Absenti sea un caníbal irreverente, desfachatado, y en ocasiones extremo, lo cual se compensa con su agudeza reflexiva; tanto es así, que se ha creado ya un mito en torno a él, e incluso algunos piensan, creen, que el tal Abenti no existe, que es a lo mejor un especie de Stephen King de la crítica mordaz; la respuesta la da el propio Absenti cuando afirma: "murmuran que no existo, pues me he vuelto un personaje, y que a estas alturas importa muy poco si detrás de la máscara existe un yo.  Pero puedo decir que irónicamentente, al igual que dios, no existo, pero todos creen en mí".

Roberto Absenti demuestra con creces qué necesaria se ha vuelto la crítica en un país tan hipócrita, en donde todos damos nuestra "mejor cara" en complicidad mediocre, y en donde la vida literaria pasa como si no pasara nada.
                                                                                                              Adriana Tafoya

martes, 14 de agosto de 2012

Boletín de prensa


Tomás Browne, Premio Latinoamericano
de Poesía Transgresora Verso Destierro 2012
A todos los medios de comunicación:
Les solicitamos apoyo en la difusión de esta noticia.

México, DF.- En la Ciudad de México, único en su clase, el I Premio Latinoamericano de Poesía Transgresora Verso Destierro 2012, fue otorgado por unanimidad al poeta chileno Tomás Emilio Browne Cruz (Viña del Mar, Chile, 1982), con su obra Revelaciones de un Cuidador de Inicios.  
El novedoso premio, convocado por la Editorial Independiente Verso Destierro, que cumple diez años de promover la poesía emergente en México, es “una incitación a los poetas, para que tengan arrojo al momento de la escritura y sobre todo que se mantengan en la búsqueda de aquellos límites que aún no se hayan traspasado tanto en la escritura como en el pensamiento”, aseguró el ensayista y director del proyecto independiente mexicano, Adriano Rémura.
El jurado, compuesto por la poeta e investigadora de género Argentina Casanova; la poeta social, Gloria Gómez Guzmán; el gran poeta chiapaneco Roberto López Moreno; el poeta y editor, Andrés Cisneros de la Cruz, y para el voto de calidad, el recién homenajeado poeta y luchador social, Leopoldo Ayala, el cual aseguró que “entre los trabajos destacó por su calidad y alcance de transgresión en lo erótico, político, social y lingüístico, el libro Revelaciones de un Cuidador de Inicios, con el número de participación 165, y bajo el seudónimo de William Esperanza”.
Por otra parte el poeta emblemático del movimiento estudiantil del 68, Ayala, considero pertinente dar una mención de honor para el poeta mexicano Pedro Esaú Corona Manjarrez (Ciudad de México, 1984), “con su poemario Carne para pájaros, con el número de participación 131, bajo el seudónimo de Abel C. B”.
Elegido entre 167 trabajos provenientes de Cuba, Chile, Costa Rica, Perú, Venezuela, Nicaragua, Colombia, Ecuador, Guatemala, Uruguay, Paraguay, Argentina y México, el libro de Tomás Browne a decir del jurado es “un instructivo para ver y hacer el mundo de manera diferente; su punto crítico de transformación radica en el símbolo solar/lunar hacia la figuración caótica de los elementos, con una carga filosófica que reflexiona sobre la posibilidades, tanto de personajes pasados, que dieron inicio a una perspectiva diferente, como al potencial personaje inaugural”.
La Editorial Verso Destierro como una iniciativa en México por la transparencia en los concursos literarios, publicó el dictamen de cada uno de los jurados, así como el procedimiento de selección que se llevó a cabo en www.versodestierro.com, “esto con la intensión de que los poetas tengan la confianza de que existe una crítica honesta con la cual pueden saber por dónde va su trabajo”, afirmó la poeta fundadora de este premio, Adriana Tafoya.
Entre los comentarios más polémicos, destaca el de la poeta tamaulipeca Gloria Gómez Guzmán, que apuntó: “Me entristece mucho constatar que la transgresión que alcanzan a vislumbrar nuestros escritores participantes, no se arrima mucho a lo que los tiempos demandan de ellos; habría preferido más rabia destructiva que una penosa revolcada a la gata en el mismo lodo de siempre”.
Por su parte, el poeta chiapaneco, Roberto López Moreno, en su dictamen escribió sobre la calidad del concurso lo siguiente: “Aunque los organizadores del premio me explicaron claramente que se premiarían los poemarios más arriesgados por su contenido y por su libertad y crítica a la realidad o los mejores logrados en ese margen, el genio de los participantes fue tal, que dentro de esos mismos lineamientos se abrían diferentes cauces que llevaban a los más diversos universos”.
Así mismo, cabe mencionar que la Editorial Verso Destierro en 2007 fundó otro certamen denominado Torneo de Poesía Adversario en el cuadrilátero (poeta versus poeta), ante lo cual Adriana Tafoya anunció que la convocatoria para este torneo estará publicándose a mediados de agosto: “En un principio era raro que la poesía fuera un deporte intelectual, pero podemos decir que México con esta iniciativa de Verso Destierro será el país que en su momento, en unos años tal vez, promueva que la poesía esté oficialmente dentro de los Juegos Olímpicos”, concluyó la editora.
Tomás Browne, ganador del I Premio Latinoamericano de Poesía Transgresora 2012, forma parte del Foro de Escritores de Chile, en donde fue publicado su libro Trazar con Voz, así como coeditor de Chancacazo Ediciones. En 2008 publicó Excursión a los Sucesos, poemas-relatos que aparecieron en Luciérnaga Ediciones. Actualmente radica en Australia, escribe Quipus, poemas visuales que aparecerán editados en la Comba Ediciones en España. También es traductor de e.e. cummings.


jueves, 5 de julio de 2012

XI Encuentro Nacional de Escritores José Revueltas



Durango, Dgo.                                                        5,6 y 7 julio 2012



Jueves 5 de julio

11:00 hrs: INAUGURACIÓN
Museo de la Ciudad (antes Presidencia Municipal)
11:30 hrs: Mesa de Diálogo sobre CARLOS FUENTES
Con Hernán Lara Zavala y Pedro Salmerón
Presenta: Socorro Soto


13:00 hrs: MESA DE POESÍA:
Claudia Gaete, Luis Carlos Quiñones, Armando Alanís, Martín Guerrero y Miguel Ángel Ortiz (coordinador)

15:00 hrs: Comida
Museo de Arte Moderno “Guillermo Ceniceros”
18:00 hrs: PRESENTACIÓN DEL LIBRO:
Back Stage” de José Noé Mercado. Presenta Víctor Hugo González

18:30 hrs: MESA DE LECTURA:
Daniel Herrera, Felipe Alvarado y Mónica Reveles (coordinadora)

19:00 hrs: CONFERENCIA: “Literatura Cubana del Siglo XX” con Minerva Salado. Presenta Juan Emigdio Pérez Olvera
20:00 hrs: Conferencia: “CARLOS FUENTES: La enfermedad del tiempo” con Mauricio Molina. Presenta Oscar Jiménez Luna

Viernes 6 de julio  


Museo de Arte Moderno “Guillermo Ceniceros”
10:00 hrs: MESA DE NARRATIVA:
Julio Pesina, Cristina Salas, Casto Eugenio Cruz, Nazul  Aramayo y Zita Barragán (coordinadora)

11:00 hrs: MESA DE POESÍA:
Atenea Cruz, Leticia Luna, Pablo M. Antúnez,
Adriana Tafoya y Fernando Andrade (coordinador)


12:00 hrs: PRESENTACIÓN DEL LIBRO:
“Nananú” de Melina González. Presenta Flor Estrada
12:30: hrs: PRESENTACIÓN DEL LIBRO:
“Ritual del susodicho” de Armando Alanís. Presenta Gerardo Campillo Llano


13:00 hrs: MESA DE NARRATIVA:
Víctor Hugo González, Socorro Soto, Juan Esmerio Navarro, Armando Blancarte y Jesús Marín (coordinador)

15:00 hrs: Comida

18:00 hrs: CONFERENCIA: “Mujeres Premio Nobel Literatura” con María Rosa Fiscal. Presenta Norma Huizar

19:00 hrs: ALTERNATIVA LITERARIA:
Adriana Tafoya, Leticia Luna y Pilar Rodríguez Arana
(Editorialistas, difusoras alternativas y antologistas)
Coordinadora: Gabriela Magallanes


20:00 hrs: Myriam Moscona. CONFERENCIA
Presenta Socorro Soto


Sábado 7 de julio
Museo de Arte Moderno “Guillermo Ceniceros”
10:00 hrs: MESA DE POESÍA:
Leticia Luna, José Solórzano, Rolando Muñoz, Nino Gallegos y Juan Emigdio Pérez (coordinador)

11:00 hrs: MESA DE NARRATIVA:
Liliana Blum, Tania Plata, Sac-Nicté Calderón, Gabriela Magallanes y Benjamín Torres (coordinador)

12:00 hrs: MESA DE POESÍA:
Esther Galindo, Mima Gardea, Moisés Vega, Pilar Rodríguez Arana y Jaime Hernández (coordinador)


13:00 hrs: MESA DE DIÁLOGO SOBRE JOSÉ REVUELTAS con:
Jesús Alvarado, Marcela del Palacio y Macario Rueda. Presenta Ignacio Alvarado
15:00 hrs: Presentación de la Revista “CORDILLERA” y COMIDA
18: 00 hrs: Teatro “El Monte Calvo” de Jairo Aníbal Niño.
Dirección: Gerardo Campillo Llano
Teatro Victoria

lunes, 2 de julio de 2012

Adriana Tafoya en el XI Encuentro Nacional de Escritores José Revueltas


Foja de Poesía No. 285: Adriana Tafoya


Foja de Poesía No. 285: Adriana Tafoya
Escrito por: Círculo de poesía | 12 de April del 2011 | Categoría: Fojas de PoesíaPortadaPortada 3 | 1 Comentario »
Adriana Tafoya (D.F., 1974) es poeta y editora. Obtuvo el segundo lugar en el Concurso Nacional de Poesía El Laberinto (2004), el primer lugar en el I Slam de poesía organizado por la Alianza Francesa (2007). creadora del Torneo de Poesía Adversario en el cuadriláterO (07/08/09/10). Es editora de la revista y editorial VersodestierrO.




Del poemario Animales seniles (Editorial Andrógino, Verso Destierro, 2005).


Animales seniles
Al cuerpo de Andrea

V

Envuelta en el cristal
del vítreo y quebradizo ataúd
              húmeda te encuentras
         para que nadie te empañe
         de sus gruesas pupilas
         
          de lascivos ancianos
          de pómulos resecos
             rodeas tu cuerpo
             con ramilletes de encarnadas gardenias
                              que aroman con el perfume
                                de un animal negro y yerto
                                    carne de cera
                                         tu mano
                                         que curvada y elástica
                                                             te arropa
         el lánguido pudor de la cara
                                      la ceniza
                                      pelusa en tus pestañas
                                           indicios de la tierra
                     donde tus ojos fueron sepultados

                              pausa el tiempo

        te germinan ángeles antiguos
        también velludos gatos enroscados
                  que retorciéndose levemente
                                  se estremecen
                    bajo las satinadas mantas
  
En este matraz ornamental
no te quebranta el dolor de las caricias
ni el desgaste por el tacto

La mordedura de la boca
            carna otros labios
            que develan de la muerte
            su nítido e invisible significado

                       El derrame
                      de tu cabello
                       embadurna
                        de sombra
                        el descenso
                      hacia los pies
                 minúsculos pequeños
                        y atrofiados

                                Nacer bajo las gasas del luto
                                       ondularse inmune
                                          al daño
                          al tedio
                                                   al espanto
                               y laxa al fin
                                      no florecer más
                                                         en los jardines
                                                                 agria
                                                                 seda
                                                         desvaneciéndote




VI


Traspasamos el portal con los labios impregnados de violetas
         para mamar las ponzoñosas carnes del mito

          membranas que enlazan en hirvientes rosas profanas
                          árboles flotantes de frutos geométricos

                           amargos y palpitantes de carroña
                                     son sangre frutal
                                                        que se altera
                                                  se extingue y enflora
donde explotan granadas

                                         caliente granizo rojo

                                                                    en las ramas del cielo

               ¿para qué buscar el paraíso?

si tenemos este polvo que hormiguea de tan vivo
con sus múltiples niños apoyados en sus diminutas manos
                                         para nacer torcidos de la ennegrecida tierra

se esparcen
                      se destrenzan 
                                               y son muñecas
   
                                        órganos no de la entraña sino de las formas viscerales

no y sí del mirto que aprieta
      un reloj en sus grecas
               que enraíza
               a la vez que se desprende
      de este terreno terminal y breve
en el que duermen siniestros cisnes y canosas libélulas
                             donde los chupamirtos son flores
y se desgarran en lujuriosas y azules naranjas
                     que al comerse desnudas
                                                en el pliegue de la entraña
                                                 son agujas que se ensartan y trenzan
                                                        entredevorándose dentro de los cuerpos

                                      
                                                   he aquí el infierno




VIII

Con este viento tembloroso
con el frenesí de estas arenas
recoge en tus manos la húmeda canícula
                     amado y violento hermano

Hoy que sopla la claridad del sonido
hoy que flota el no dulce color de las toronjas
que reposan sobre la negra tierra
recoge tus manos y toma
mis ofrendas
                          si nadie piensa como tú
estás solo
te conviertes en boceto puntilloso
                         de trazos y señales
                         sombreado por la soledad de las ideas

Ahora que las aguas huelen a ese pez desconocido
que aprietan las mujeres con sus piernas
después de pasar las noches
dulces de leche entre los labios;
                                                       acércate a la orilla
y bebe mis frondas
                                    contempla

míralas brotar en una barca
sus tres blancas casi grises y largas cabelleras
chorrear como espuma en equilibrio sobre las olas
seniles y desnudas con los cueros frotados de caricias
agridulces y delgadas
con la virginidad que la vejez otorga
los senos insípidos y el vientre estrangulado
y con las duras y despostilladas rodillas de las plañideras

Mujeres sin fin
Las he tomado por la boca
Las he anudado una a una
Con esas cuerdas de los filos más cortantes
Para abrirles los pétalos
Para comer el sabor a libro viejo
que se desprende del aliento de sus sexos

Tómalas hermano
y con la sangre de cien toros
                                               inúndalas

               la lujuria no tiene cuerpos

ahora que la muerte se abre
                y no queda más
               que la ceniza de mi sombra.




Barro tibio
XII


Cuánta belleza carga Susana
es difícil decidir de sus reflejos el más bello

Un hueco, la cavidad de la voz
                el arco del pie
la luna del dedo

Su piel es espuma de nata
su vello, una sombra al carboncillo

                                           Regreso para besarla

Camina con la canasta seca de las frutas
que sostiene el teclado de sus dedos
                             y un teñido vestido
con la fresca tinta de las frambuesas
vaporoso la envuelve

Bella es Susana
le lagrimean los cabellos

Pero se traga el viento las hojas
y caen muy delgadas las aguas

El fruto es la unidad de lo finito
y los pájaros de tan maduros revientan

Se guarda Susana
y tiene miedo

presiente rostros oscuros y añejados
                  como aceitunas negras
       se abriga de soledad
en el recipiente de su casa
escucha resuellos, murmuraciones

el sonido es el golpe de la violencia de las cosas

Grita, insulta
pero la palabra sólo rasguña

Siente que un mar sucio, espeso
                    la rodea, la aprieta

lame las lunas de sus uñas

             le pasa el dedo por la planta del pie

la manosea
con numerosas manos la unta
con la tintura de un sexo
que se vuelve una bestia
de ojos cuajados

Un racimo de testículos
la aporrea, le rellena la boca

Ella, se calla   (enmudece)

(No hay nada más frío que las claras yemas de una novia)

Susana es un arroyuelo de cabello

                             Los ancianos le miran
y son verrugas hinchadas de malicia


Para besarla ya no regreso     

Susana se deshace
y desaparece




Tres cabezas sobre la charola
(Fragmento)

Paso las manos por los cientos de hoyos
                               de aquel muro tejido
                               que guarda viudas arañas
                               que tranquilas reposan masculinas
                                                  en sus blancos nidos
               
                                                      nudos de cabello
                                    gruesos y lustrosos
                       negros como tinta
   carnados como piernas
                            que ansiosas se levantan para rozar mis dedos desnudos,
                                                                          humectas salamandras
                                                                            del color del azafrán.

Recuerdo lo rancio
                    el escalofrío
                
    mis nerviosos nudillos
                    queriendo despedazar el contagio ideológico

                             la luz enferma que salpica mis sienes
que hace que la inteligencia le siente estúpida
a la vida de animal desgreñado y deforme
que impotente se sacude

                                       y se esconde

mordisqueándose la estopa, los cuchillos,
                                                 la desesperación

Pasé las manos,
por cientos de hoyos
en aquel muro tejido

Demasiados dedos para rascar
                                                                                           en el libro de mis costillas
en las agrietadas jardineras
                                                                            y desenterrar los diminutos cráneos
                                                                                             de los pájaros fetichillos
que me recuerdan
a la rata,
a la perra,
 a la gata vieja,
que me sangraban
los talones de los tobillos


Poseo el recuerdo
de que la tierra es de sangre seca

de que son lastimeros y sobrenaturales
                                                               los gruñidos
en lo negro  
                                 los mordiscos

el llanto de los niños
recién nacidos que corretean
y saltan cenizos por las azoteas

Se levantan y rozan la desnudez de mis dedos
             arañas desgreñadas y deformes,  las tres cabezas
              que hacen que me duela
     que no haya un solo tiempo




Del poemario Enroque de flanco indistinto (Mezcalero Brother’s, 2006).


Enroque de flanco indistinto

El tablado                           
                        fragmento del  frenesí                       
                                                                                    hirviente porción de mentalidades
                                                                                     semidotadas de un raciocinio diestro
                                                                                     que juega a jalonear 
                                                                                                                 su limitada realidad
                                                                                  en el universo atemporal  de un tablero
                        tablón de cuerpo a cuadros
                        con el alma hecha frustración  
                       

Un ajedrez es el zurdo imperativo
que degustado con detenimiento
se transforma en un fenómeno ubicuo       

él es

el prudente peón apoyando la defensa
la gota de sudor y la mano humecta
palma en la que tiemblan los dedos
por el doloroso dulzor del estrés


es la tabla donde se conmueve al mundo
                                 y predispone con cada movimiento
                                 al sismo del acto masivo                      a las tropas de combate
                                 para enviarlas con impunidad y sin escrúpulos
                                 al más caprichoso o velado objetivo


       escudriña posicionales y variantes posibles
                                  encarna los dos enemigos
y el quebranto emocional de sus reciprocas olas
                                                                                       si él se mutila se suicida la dama
y ante este caos
                         esta conciencia
                                                 esta cuenca invertida
                                                                                            el rey más sabio se confronta
                                                                                              se procura un pródigo mate
                                                                                            en el absurdo de las partidas
                                                                    
                        descubre el juego y la fantasía de la batalla
                                                                                             la real contienda acontece en sí
                                                                 es una lucha abierta contra el vicio y el miedo

comprende que incluso con firmeza              la posibilidad más acertada
                                                                                         se anula    
                                                         si su traidor oculto
                                                         fermentado en el mutismo decide el movimiento

cuánto desasosiego nos embalsama
cuánta congoja se padece al encarar un elemento destructivo

con lamentable embeleso
nos podemos encorsetar las espaldas

¿por qué abstenerse?
el poema blanco                       y el poema negro
son el mismo verso:
universo que captura entre sus líneas
 toda la poesía



Sobre el juego

El juego es una mirada en desmesura
transparencia mórbida de una actividad que se despliega
                                           es fruta que estalla en la boca
                                    después del trauma de la mordida
                                        borboteo de adrenalina límpida
                                  por el barranco de las posibilidades

Puede ser
                 pero no
                
                 El juego es la mentira más cercana a la verdad
                                                       tras otro intento del acierto
                 es la fiesta de las víctimas de un sueño
                                        indeleble y concéntrico

En el circo de dios el juego es un loco que posee la tabla de los muertos





El tableteo de la sátira
I

Suelto cabriolas desgreñadas
sobre las alfombras del paisaje
               arqueo mi cuerpo
rodeado de ciruelas, crisantemos 
                           un morado de flores resecas
y el mordaz sabor de los arándanos

busco camorra 
                            salto
                                       arranco cerezas
desangro ramos
en el vello de la tierra
crecen dedos suculentos
los corto de un tajo
caen los dedos
y aún en el suelo
se agitan
con el ahogo del llanto

            troncho los fetos recién florecen
                         mato los pájaros




II

Jadea el viento
se inflaman las mareas
el mar mortecino
se moldea en azulado abismo
suelo comerme las sirenas
sirenas rojas enroscadas en las costa
de escamas sombrías como las ojeras
las arrastro lejos de la cueva de los sátiros
al vapor negro de las sombras
donde el musgo es
de mojado tabaco
se desangrarán docenas de ellas
quedarán secas
disecadas por el viento
condenadas a quebrarse
al quebranto sobre la sucia tierra



III

Yo la pequeña y dulce cara de niño
soy la dama de espesas crines
una cabeza en la ventana
de carne y pelos
la miel de la piedra soy
el sátiro
y la vellosidad hiriente
                   de todos ellos

el vaivén de los perros sobre las caderas
los lengüetazos
          perros y sus testículos golpeando
                           entre las patas

 aún no hay música para mi canto
          aún no hay flores para mi boca
   ni laúd ni ocarina ni arpa
soy un violín de gruñidos oxidados
  creo en el silencio
        vivir bajo el tablero
  en espera de la nueva guerra




IV

Se descarna la mañana
y de pronto me encuentro sin memoria
                    sólo oro quemado
ante las arrugas del cielo
se me rompen los pasos
como las tostadas hojas
de los árboles muertos

nada sabrán sobre mí
no sabrá nadie sobre mi sexo
aunque todos lo conocieron
en esta tierra manchada con el excremento
                                   de las moscas
todo lo borra el tiempo
            ni el dolor se salva
todo lo que olvidamos
nos hace existir menos
todo lo que se olvida
nos hace existir menos
              menos soy
cuando menos recuerdo
                          soy menos
                  cuando menos recuerdos tengo

                no recuerdo    soy menos

                no recuerdo

       Todo lo que fui se esconde bajo las hojas





Del poemario Sangrías (Ediciones El Aduanero, 2008).



El matamoscas de Lesbia

Regreso agitada y burbujeante
            presionando con los dedos
                                                     el cuello
              del cristal que envuelve al vino

Regreso redonda y satisfecha
               frondosa y perfumada
con las carnes tambaleantes
y envinados mis sabrosos frutos

él dijo:
me molesta tu perfil
de gesto seguro y suficiente
sólo eres una mosca gorda
          mosca negra peluchuda
                    e inflamada
de siniestros pelos

Ruedo por la inmensa cama
Me desprendo de una tela
       entallada y descosida
le confirmo
que soy negra y sucia
      negra de carne dulce
carbón de azúcar
mosca exótica con vientre acústico
                               forrado de terciopelo
       una cajita pequeña de resonancias

Confirmo que soy negra
y deliciosamente gorda
y que en alguna parte olvidé las pantaletas

él dijo:
me enoja cuando bebes
arrogante elevas el meñique de tu mano
                           eres perra añeja
               que provoca
carnívoros deseos
dan ganas de hacerte tierra
y cocer un jarrón de tu barro

Sonrío
me acomodo y le reitero
que soy negra y mala
negra de labios gruesos,
que la forma de la hembra madura
                                           se impone
y concentra la elegancia
de lo abundante,
                     le da poder al cuerpo

que tengo los pezones zarzamora
                  que estoy desnuda
    y se me dibujan grietas
que adornan mis nalgas
con la textura del satín

él dijo:
me haces falta

Adormilada
abro las piernas
que atesoran mi sexo oscuro
      inflamados sus pequeños olanes magenta


en esta flor clava su lengua

no me molesto con él                                                
sé que tiene hambre




El tierno algodón del cielo

Mira llagarse el negro azul del cielo
su sentimiento se trasmina
Ve cómo el agua pesa
                                         mira
ven pequeña
siéntate en mis piernas
te voy a contar un cuento
sobre el metal negro en las muñecas
de cómo mi padre rompió una paloma
de la humedad en las lágrimas
y la belleza del sufrimiento

de cómo recojo tus manos
con bochorno y sofoco del aliento
y se te mojan los frágiles poros
dilatados por la incertidumbre

Mírame lentamente         pequeña
porque es nervioso el remordimiento
y lamer orina de tus labios
es perder la visión
en un parpadeo pardo
                    e inquietante
en el cual me encrespo
                    exudo
  te aprieto
porque el placer se enreda en mi
penetro      embisto       invado
exploto serpiente
          y no me contengo
para entregarte ese sufrimiento
que nosotros llamamos amor

ven pequeña
vamos a casa
cierra las piernas
y levántalas
que el cielo se estremece
y ya se ve caer el delgado trazo del agua
mira cómo se derrama en todo la sombra
sin embargo creo que aunque no se ve
el blanco algodón del cielo
está manchado de sangre



Quebradiza

Apago la luz
mis ojos se mueren
con el zumbido de un pájaro
          que me traga  
que me esparce
y no deja guarecerme
de la lluvia y de mi cara
de los cantos del dolor
que el sonido marca
           en las paredes
con los rasguños
trozados en mi espalda
cuando me fui con los hombres
               para no buscarte
y con algunas parejas
para no envidiarlas
                      ¿por qué me dejaste?
La carne grita de mi cuerpo

El abandono de mí es desposeerme
            desgarrarme el vientre y odiarte
para querer morderte la lengua cuando me beses

y dejo caer mi cabello
caer los labios menguados
               mis ojos se mueren
en el silencio del sonido me alejo
de los colores del misterio
para arrinconarme
                            cerca de ti
                 con los pies amoratados




Encarnadura

Mi madre es un ojo en la tina
                             abro la llave
para hidratar el filo de sus párpados
y empapar mis extremos
desmembrándolos
con el mirar oxidado
                                          espejo roto
                                                                    del aguaje
sangro espeso
desbordo vísceras
tengo el vientre retacado
y el pecho lleno de intestinos

la piel que se desprende
es una niña muerta
de carne blanca y transparente
          
           bulbo
                           de numerosas pieles de cebolla
que parpadea
y le trasminan las venas
pequeñas y magentas
flotantes en sanguaza

Recién nacida soy un huevo
menguante
                      y agrietado
             por los límites del agua

salgo de la tina



Jalea de pájaros
(Extractos)

¡No juegues con las profundidades del otro!
L.Wittgenstein
I

Exprimir pájaros amargos
               picaflores dulces
para extraerles el canto
                         y su néctar
            zumo muerto
que mancha del negro   color
de las ojeras



II

Se esparce el humo aroma     del canto
perfume de pájaros exprimidos
calladamente         amortajados
                 con pirul
            dentro de la olla



III

Déjenme morir sin dios
No claven pájaros en mi cabeza
Quiero caer     llorar
gruñendo gritar al verme
sin piernas ni manos
Que el dolor y el pánico me enciendan la mente
que mis pájaros sangren al estrellarse
contra el hocico del miedo
       y sólo quede tizne
tiznón del perverso canto
que miente      y dice caerá el sol sobre la tierra
y aún moribundo arrasará los campos

Sufrir, quiero retorcerme y sufrir
en el concreto del cráneo

que me trisque la nada
en la amargura de la niebla
que venga la muerte a humedecerme
con la mordida del dolor
Sólo déjenme morir solo
tranquilo en la sombra
sin la estúpida intromisión de dios


IV

Jamás podremos herir al cielo
pero sí a sus pájaros
derribarlos uno a uno
con los truenos
de un rojo y pequeño revólver
de gatillo brillante:
vértebra del trueno    
relámpago

Y no será sangre lo que salpique a las manos

sino un azul terrible inmenso
porque la mar no se repliega
nunca mar fue manso
pensar en su hechura da miedo
porque el mar es la muerte
porque la muerte
                        todo el tiempo fue agua
y el agua
                todo tiempo
                                   ha sido cielo



Del poemario Los rituales de la tristeza (Inédito).


La belleza de empollar huevos azules
para desteñir de nuevo el cielo y entinte de mar el sol


Últimas palabras a Mariana
antes de ser destruida por el serrucho de la muerte
                                                           

Separa el torrente de la cabellera
Mariana querida
y deja te penetre la belleza
(la verdadera)
La que desgarra por cuchillo de mil uñas
rebana músculos y se eleva hasta la mente
La que destroza mitos, la que aplasta deidades
La que destruye historias y falsos versos
en la hermosura de un trueno a la una de la tarde
y más aún, su voluntad el viento
 azotando árboles, arrancándole
pájaros a los nidos
entregándolos a su fragilidad, a su inútil muerte:
tronido estrellándose música contra el cielo.

La longeva belleza Mariana
Cómo reconocerla cuando ella alumbra
O apaga los caminos de tu yo
que se destroza hecho trizas como el tiempo
embarrado al que pudo ser tu yo
Caracol dejando residuos de lo que pudiste ser:
el negro florecimiento de un cuervo para la inteligencia.

Aún sin saberlo
ella está ahí, desnuda sobre cenizas:
(la belleza) lechón negro en charola de plata
en el sudor frío de la piedra
en un sueño encharcado
en bocacalles y casuchas mojadas
en el chapoteo de los viejos y grandes barcos
destejiéndose rojizo mar
—limo descuajado en agridulces siniestras natas—
Ella estará ahí                         hecha mar
y en el mar sobre la arena (espuma)
guadaña que regresa
otra una y otra vez
para segar las piernas
de los que en paz caminan
descalzos, humedeciendo deseos
sin querer nada.

Vamos, separa los dedos
abre la mano y digamos
que si la belleza es manzana
y nace para morderse
muérdela, para de ella nutrirte, Mariana
y tener algo más que espíritu
algo más profundo que no el ánima
más interno [donde se realiza el Acto
que te da la esencia]
y no sea simplemente el alma.




Guardemos todos pájaros bajo la falda

Alejémonos de la absoluta blancura
de pechos minimalistas y lunas griegas
Césares castrati y ángeles perversos.
De sus volantes y sus frunces, alejémonos
dejemos de flotar en la espuma de esas mentas
—que somos polvo maliciento—
mantengamos los dedos activos
aunque sean silencio las notas del piano
y estén vibrosas, toqueteantes por aquí y por allá,
las teclas de este enorme amante negro.

Guardemos hombres y mujeres bajo las faldas
pajarillos de todos colores,
tibiemos la piel de madre-humedad
para que no aleteen pequeñas sus pestañas por el frío
y suden consuelo en el aislamiento.

Seamos oscuros
y huyamos de la absolutista elocuencia del cielo,
apretemos con las piernas tantos pájaros como se pueda madurar
hasta que revienten de blancas y puras plumas
como hacen las más tercas, temibles y amorosas muchachillas
con su manchón de vellos.
Entonces volarán los gorriones de la garganta
y posible es —que sólo así— listos estemos
para pertenecer al elegante mármol del cementerio y ser
un puñado
de flores agresivas.



 De la tristeza del poeta al bajar la marea
en la mesa de lectura

Siempre hay malos poetas
(afortunadamente
nos vienen a leer —en verso sus incontinencias)
Algunos tienen notables premios, otros
—como yo— no los tenemos, pero
eso no evita que como las olas
cada cierto instante
regresemos a estrellarnos contra ustedes
para esculpirlos en escuchas
de la poesía
(por accidente)
al igual que los peñascos
son acariciados por los rumores del mar.
Innegable es también
que si no escribiéramos
nosotros, los poetas malos (espuma de los mares),
los grandes poetas no existirían
no podrían formarse porque necesitan
a toda costa
de nuestras olas pequeñas
No tendrían mar para crear sus tempestades
ni las burbujas de las perlas para explotar
contra todos (ustedes)
arrastrándolos agua adentro
en sus turbios aguajes
hasta inundarlo todo
hasta desaparecerlos
a ustedes y sus gritos
con el alarido de sus aguas
transformarlos en mar mismo, desvanecerlos
en el terrible               perverso silencio
de la paz de la tierra
y asimilarlos así, irremediablemente
convertidos en poesía.




El derrumbe de las Ofelias

Desconfía
que tan importante es el silencio
que necesario es no callar
Del chapoteo de los lagos     
desconfía, del murmullo de los ríos
del reflejo débil de los charcos
Porque mujeres extrañas
se sumergen en los mares
y en cada estanque la silueta
de alguna Ella
           se encharcó

No son hierbas negras
los cabellos desmadejándose
entre nenúfares enmarañados
Son cabelleras destejiéndose en encaje
como viejas telas en el agua

Extrañas mujeres se ahogan en los estanques
y bajo narcisos, reposan

Sus cabellos en el agua se derriten

Se sumergen, tal vez
cuando el mundo
se hace incomprensible
y buscan respuestas tragando agua

Luego
sucede lo contrario
y con sus cuerpos nutren de sabiduría
al pájaro, dan color a sus plumas
al siervo que lame estas aguas, al hombre
que en ellas se refleja

Desconfía, porque ellas endulzan el agua


Se nutren las flores
enrojecen sus pétalos
ennegreciendo los capullos
se endurecen
ensombran el aguaje

huele
a hembras

Algunos creen, incluso, que se vencen
y flotan sobre el agua
sólo para verse hermosas

Sus pechos en el agua, qué delicia
verlas de dios esconderse
entregadas al sueño del agua
abren las piernas
y dios (desconfía)
no las protege
no las olvida

Porque dios no fue creado para las mujeres


Y eso es tan natural como hundirse en el mar
para ver desde el fondo
 piezas de ajedrez revueltas
en el puñetazo de una ola




Cadáver con ciruelas sobre un lienzo azul

Al que sabe caminar en el frío.

Vibrante
—vibrante humo hierve
      índigo       azula en las calderas
                                   balcones con herrajes
entre pasillos   paredes desteñidas
mojados pasadizos
                        por escalerillas y desvanes
vibrante azul
en las grasas crenchas
de esta ciudad.
No piensa
es sólo humo vibrante
hidratando los hermosos harapos de la pobreza
sobre los delicados cuerpos del hambre
                        azulaba
                                               azulaba
entre el polvillo de los libros
                        las espadas
metal y sangre, todo Eterno se hace polvo
no hay camino oculto
tenemos hambre
en nuestras bocas
son plegarias los insultos,
los silencios son piedad.

Azuloso          vibrátil
el humor que cristaliza
dentro de las casas rotas
donde se amortajan
feroces, los amantes de lo feo
tremendistas los malditos, las amargas.

Con los efectos de la mugre, somos otros
un desgarre de lienzos polvorientos.

Será que sólo vemos hacia abajo, como los muertos
sólo nos es permitido mirar hacia atrás.

Azula
—todo azula en plena descomposición
la miseria, en los labios sabe a centavo
a cobre azul
a pan azul y fría anestesia
medio rostro dormido
para reconocer que somos otros
con los rasgos de la anemia, somos otros
pero hermosos, frágiles (como las naranjas
que azulan sus óxidos) para la inquietante belleza del hambre,
soles muertos del invierno, pulpa de cadáveres
moliéndose 
—sobre estos ferrosos techados—

nieve de azulada sal
                                   nieva azulada sal.

(Ciudad de México, invierno de 2008.)
 

Datos vitales
Adriana Tafoya. Poeta y Editora. México.1974. Libros publicados: Animales Seniles(2005), Enroque de flanco indistinto -poemario sobre ajedrez- (2006), Sangrías (2008),El matamoscas de Lesbia y otros poemas maliciosos (Ediciones Pasto Verde, 2009 / segunda edición Bitácora 2010) y Diálogos con la maldad de un hombre bueno(Editorial Ultramarina Cartonera, España, 2010). Obtuvo el segundo lugar en el Concurso Nacional de Poesía El Laberinto (2004), el primer lugar en el I Slam de poesía organizado por la Alianza Francesa (2007) y el tercer lugar en el Certamen Relámpago Internacional de Poesía Bernardo Ruiz (2008). Fue conferencista en el Festival Internacional de Ajedrez 2006, organizadora de los Miércoles Itinerantes de Poesía (desde 2007) y creadora del Torneo de Poesía Adversario en el cuadriláterO (07/08/09/10). Ha sido incluida en diversas antologías poéticas, entre ellas el Anuario de poesía 2007 (FCE, 2008) y Paisajes Interiores, anuario de poesía 2010 del XVIII Encuentro Internacional de mujeres poetas en el País de las Nubes. Es compiladora de40 Barcos de Guerra, Antología de Poesía (Coedición de 42 Editoriales Independientes, 2009). También ha colaborado en suplementos y revistas de México, Argentina, Nicaragua y España. Es editora de la revista y editorial VersodestierrO, y consejo editorial de Metáfora, hoja de poesía.
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Aviso: Los comentarios son responsabilidad de sus autores.
No necesariamente representan la opinión del Círculo de Poesía.
Círculo de Poesía. Revista electrónica de literatura. Año 2, semana 15, abril, 2011 Publicación semanal editada por Territorio Poético A.C. Azabache 136-A Lomas del Mármol, Puebla, Pue. C.P. 72574. www.circulodepoesia.com Editores responsables: Jorge Mendoza Romero, Alí Calderón.
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Gracias Círculo de Poesía, por regalarnos este trabajo tan exquisito de la poeta Adriana Tafoya.
Felicidades Adriana por tu hermoso trabajo.
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