El fractal caleidoscópico, rojizo, casi espejo de agua tinta en una copa, vertió los discursos de Alicia Quiñones, coeditora del suplemento cultural de Milenio Diario, El Laberinto, que argumentó el libro con un carácter que condensa las voces de "tantas" mujeres que han sido mutiladas o sometidas, y que en este poemario adquieren una forma de "liberación" de lo abstracto a lo concreto, a manera de mujeres posibles.
Horacio Romero, editor de Ediciones El Aduanero, feliz dijo haber editado el libro a partir de un encuentro en la calle en un cartel del poema "El matamoscas del Lesbia", el cual lo motivó cuando conoció a la autora a editar el poemario.
Iliana Godoy habló de la referencia "maldita" que encontraba en los textos, aunque la autora aclaró más tarde que había una diferencia entre "maldito" y "malicioso".
Andrés Cisneros de la Cruz, Alicia Quiñones, Horacio Romero, Adriana Tafoya, Iliana Godoy y José Manuel Ruiz Regil.
Andrés Cisneros de la Cruz realizó un desgloce fonético de los poemas de Adriana para esclarecer un poco la fuerza de los versos, que tanto ha resonado en torno a su poesía. Así, con la contundente lectura de la poeta, concluyó la noche bajo la moderación amable del escritor y músico José Manuel Ruiz Regil.